El autor del blog más infame, Hugo, me pregunta vía mail qué hace que ningún trabajador, empleado o colaborador de Apple no desvele ningún detalle de los próximos lanzamientos de la compañía, que debe conocer perfectamente, pues los ha visto, tocado, testeado e incluso diseñado.

Pues bien, paradojas de la vida, en estos dos artículos de Microsoft en perfecto español se definen bastante bien lo que son los Acuerdos de Confidencialidad y lo que conllevaría el incumplimiento de ellos: denúncias por daños y perjuicios.

Antes de nada, ni he estudiado Derecho, ni me he asesorado en el tema, pero a continuación os pongo un ejemplo de lo que entiendo que sucede. Bien, si tu y yo tenemos una frutería y vendemos 4 manzanas al día y resulta que me entero que me estás difamando, entonces puedo denunciarte por daños y perjuicios porque me estás restando unas ventas, de X manzanas durante T tiempo. Este es un caso de calúmnia, pero sin embargo desemboca en daños y perjuicios con un coste medianamente bajo. Si resulta que yo soy Jobs y tu un mindundi de tercera que has firmado un acuerdo de confidencialidad y te atreves a difundir alguna noticia para no sólo enriquedcerte tú, si no dando una ventaja a la competencia y haciendo que la cadena normal del proceso no fluya como debe y por tanto influyendo en mi margen de ventas, pues chato reza lo que sepas porque se te va a caer el pelo.

Al menos ésa es mi opinión, igual un simple acuerdo de confidencialidad no es suficiente y emplean pactos de sangre, orgías paganas, misas negras o te amenazan con meterte la manzana de Cupertino por el culo, pero yo me decanto a pensar que con firmar el acuerdo, ya vale.