En mi opinión una de las acciones básicas que hay que hacer al recibir un nuevo ordenador es calibrar el monitor, de esta forma conseguiremos optimizar la visualización de los colores y formas en nuestra pantalla, ya que la usaremos constantemente. Muchos monitores tienen la función de AutoSettings y otros menús independientes que nos ayudarán a seleccionar la configuráción óptima de visionado en ellos y que normalmente podremos calibrar a voluntad. Este es el caso por ejemplo al usar un MacMini o un MacPro con una pantalla TFT externa.

En cambio si nos encontramos con un portátil de Apple, u otro modelo como puede ser un iMac G3, no dispondréis de esa opción y deberéis hacerlo por software. Pero tranquilos, Mac OS X dispone de una fabulosa a la par que intuitiva utilidad para calibrar vuestro monitor. Ésta se encuentra accesible en la opción de “pantallas” en vuestras “preferencias de sistema”, bajo la opción “color” y luego pulsando en el botón “calibrar”.

Veréis que el asistente es completamente intuitivo y no merece ningún tutorial para completarlo de forma exitosa, tan sólo dejaros guiar por los distintos pasos que aparezcan. Sin duda recomiendo activar el primer checkbox que nos pregunta en el primer paso así activaréis las opciones avanzadas que os brindarán más opciones en la elección de filtros de color y que os llevarán a la calibración óptima de vuestros monitores.