Vaya por delante que por así decirlo no me entusiasma la música en español. Prefiero la música cantada en inglés, en catalán (el mallorquín cuenta como catalán no?) e incluso en alemán que en español, sobre gustos, ya sabéis.

Pues en esas que estaba en el tren de trayecto a casa y tenía puesta la lista de “Mis preferidas” en mi iPod, sí en el iPod hay una smartlist por defecto con tus canciones más puntuadas, lo tendrá el Zune? Bien pues tras escuchar el mítico “Numb” de los U2 (recordad que os recomiendo subir el volumen a tope si escucháis Numb, la canción se oye distinta) empieza a sonar a toda castaña el tema “Vino Tinto” de los Estopa.

Hacía mucho tiempo que no la escuchaba, como el Vino Tinto esa canción gana con el tiempo, pues me recordó una época pasada: antes de ir a Alemania, odiaba a muerte a los Estopa. Llevando 3 meses en el país de los kartofelsalat y los würtze te digo yo que si encuentras por casualidad en la red de Philips un disco de Estopa perteneciente a una generación anterior, vamos que se te caen las lagrimillas de la emoción al recordar tiempos pasados y oír una voz que puedes entender completamente sin esfuerzo, aunque te salte en plan cañí con “Hay pistola que dejcargadas me se disparan…”. Además la letra de la canción en esa época me motivaba especialmente, así que se convirtió en una de “Mis preferidas”, y todo un torrente de emociones de recordar mi tiempo en Alemania, me ha sumido en un estado casi etílico.

Previamente a esto, podéis creerme, de camino a pillar el tren, vi un autobús con el número 7 y rápidamente pensé, mira este va para “Richterig Schönau” hasta que al pasar por delante mío he podido leer “Zona Universitaria”, bajándome 2000km y 3 años de golpe: de Aachen a Barcelona. La época del erasmus, sinceramente no se olvida así como así.

Notad que este tipo de cadenas de hechos, le hacen pensar a uno que el tiempo a veces parece combarse en un bucle que te lleva a revivir épocas pasadas, sin ni siquiera quererlo y cuando esto ocurre, cuando el azar, Dios o quienes sean te llevan a revivir tiempos felices, hay que aprovechar el momento, dejar unas horas aparcado el “carpe diem” y relajarse con la vista puesta en esas épocas en las que tanto disfrutamos.