Cuando salí de la universidad fiché por una gran consultoría. Allí duré casi año y medio hasta que harto de dos proyectos que habían ido bastante mal me salió la oportunidad de currar en un sitio bastante prometedor, donde estuve año y medio conocí a bastante gente de la que guardo cierto recuerdo, pero hoy quiero hablar de las circunstancias que me llevaron allí, de lo que allí había y de como salí de allí sin pena ni gloria. La empresa en cuestión (llamémosla K) era bastante pequeña pero muy especializada. Fiché por una consultora externa que me prometió que en poco tiempo entraría a formar parte de la plantilla de K, cosa que encontré coherente en principio y luego terminó siendo una gran mentira, pero pequé de ingenuidad, cosa que no me volverá a suceder. Así que cambié una carrera prometedora y ascendente en la consultora grande por un trabajo más especializado, técnico, con mucho más interés, menos presión y estrés y que a priori tenía muy buenas perspectivas.

Pronto me dí cuenta que el volumen de proyectos que en K se manejaban era superior al número de gente que había, además la organización era pésima y los procesos de documentación/metodología eran peor que patéticos, incluso llegué a pensar que había jefes de proyecto que si los ponías delante de una luz directa y les preguntabas “oye cuantas horas se han hecho en el proyecto X?” No tenían puta idea de qué responder. Además mis tareas al principio fueron muy interesantes pero fueron perdiendo fuelle y me fueron asignando cada vez tareas menos interesantes que cada vez iban cambiando de especificaciones y exigiendo más estabilidad en menos tiempo, hecho que terminaba por joderme por completo, cuando además yo estaba esperando que mis tareas totalmente técnicas fueron pasando más al plano funcional, pero eso no ocurría. Además los jefes de proyecto de K desoían mis consejos de documentación y organización de los proyectos… así que efectivamente yo también me fui dejando, hasta llegar casi a la ley del mínimo esfuerzo. Aunque NUNCA se me dio ningún toque de atención ni ninguna represalia y siempre se me dijo que estaban contentos con mi trabajo. Es más en mi entrevista de salida con el director de área éste me felicitó varias veces y me dijo que no me fichaba porque mis metas eran más altas de las que K podía ofrecerme.

Hasta un día en que me llama mi gerente (recordemos que no formaba parte de la plantilla de K si no que estaba vinculado a una consultora pequeña) y me comunica que abandono el proyecto (ergo la empresa K donde a pesar de lo descrito anteriormente estaba a gusto y que había hecho cambiar mi filosofía de gran consultora a algo más pequeño y especializado) y que al día siguiente me esperaban en otro sitio. Fue cuando me di cuenta de que en esa pequeña consultora ya no pintaba nada y empecé a buscar empleo otra vez para volver a una carrera más ascendente. Primero recaí en otro sitio, que me prometieron el oro y el moro y después resultó que nada de nada (otra cagada por mi parte), así que hace poco que he vuelto otra vez al mundo de la gran consultoría donde de momento estoy bastante contento. Pero sigamos con la historia de la empresa K en cuestión.

La empresa tenía una estructura jerárquica muy marcada, donde había un gerente (al que prácticamente no se le veía el pelo) dos directores de áreas técnicas, cuatro jefes de proyecto tres de los cuales técnicamente eran un 0 grande y absoluto, un director comercial y varios comerciales (me consta que el departamento comercial sí que estaba bien montado). Y luego había un atajo de unos 15 tíos entre los que me contaba que hacíamos las veces de desarrolladores, también había becarios que les pagaban una miseria y les exigían igual que un programador, pero bueno. Poco a poco fui viendo que la filosofía de los jefes de proyecto era de pasar marrones hacia abajo sin valorar casi nada y exigir mucho. En esa situación el programador se queda un poco “con el culo al aire” pero poco a poco fueron cambiando la tendencia hasta introducir la figura de unos coordinadores que un poco mediaban entre los programadores y los jefes de proyecto, pero como la distribución de tareas era un puto caos, los coordinadores tenían ya bastante con sus tareas como para plantearse realizar cambios o controlar más, así que la historia siguió a peor, hasta que empezó una oleada de fugas brutal, de hecho si digo que de los 15 marchamos unos 10 no me estoy quedando corto. Pero fuimos reemplazados por chavales que recién entregaban proyecto o becarios directamente.

Y hace unos días me enteré que habían vendido la empresa por una pasta inhumana a una gran multinacional del sector telecom. Así que los que tenían acciones (gerente y cia) supongo que ahora deberán estar todos en las Bahamas, en Maracaibo o algo así. Y hoy me llega otro input, uno de los que se quedó en la empresa me dice que lo han largado, joder un tío que se lo curraba a muerte, que era un tío con recursos y se marcha de la misma manera que yo, la verdad que la política de allí es bastante impresentable. Sin embargo creo que empiezo a ver por donde van los tiros: pillo a tíos con poca experiencia o becarios, cuando me sacan las castañas del fuego y se estabiliza las cosa les exijo a saco, el que aguanta me lo quedo el tiempo que me dé la gana sin darle nada nuevo y exigiéndole más y más en sus tareas hasta que encuentre a otro recién licenciado/becario que asuma su papel y me cueste mucho menos que este que además ya me está pidiendo un aumento de sueldo. Y suma y sigue así va aguantando la empresa en un bucle infinito: while(true){ begin_tasks(); stress++; pressing++; reduce_tasks(); pressing++; replace_developer() }.

Cuando estuve allí pensé:”yo no sé cuanto tiempo aguantará esto sin desmoronarse, porque esto es como un castillo de naipes en el aire que un día se va a caer todo enterito”, pero señores estaba equivocado, han vendido la empresa por una pasta y hoy me demuestran que siguen con la misma filosofía. Y lo jodido es que apostaría mi mano derecha a que no son los únicos del sector que utilizan este modelo de negocio y así va el país y el mundo informático en particular.