Tercera vez que piso la capital de Alemania. Cada vez me gusta más como ciudad, sinceramente, es una de la ciudades más bonitas que hay en Europa. Tiene cantidad de contrastes, cantidad de sitios con encanto y el carácter de la gente berlinesa es bastante afable. Bueno, afable dentro de lo cabe en la forma de ser teutona.

En esta ocasión he estado dos días por trabajo, con muy poco tiempo libre para pasear por la ciudad. De hecho, sólo estuve la primera noche andando por Alexander Platz, el pirulí sigue siendo imponente y la segunda noche, di una vuelta por Friedrichstrasse, una calle muy comercial en la que entré en una sola tienda, la de Lomography, la mayor de las que he entrado y muy bonita por cierto con cantidad de cámaras y accesorios. También entré en un pedazo de tienda Superdry con cantidad de ropa fashion, y es que en Berlín para temas de moda, hay una oferta brutal, mucho más que en otras capitales europeas.

También me ha sorprendido si vas por Unter den Linden a medio camino entre la puerta de Brandenburgo y la Dom uno puede gozar de lo lindo viendo los tenderetes de las principales marcas de coches: Mercedes, Opel, Grupo VW (Bugatti incluido por cierto), aunque en realidad los coches no te importen un pimiento, de verdad que vale la pena pasearse por ahí y ver en vivo gran cantidad de modelos espectaculares en unos salones de exposición grandísimos.

Desde luego si tenía dudas sobre qué otra ciudad europea poner debajo del número 1 (que para mi es London, como sabéis) ya no tengo ninguna, Berlín es mucho Berlín, mucho más ciudad que Roma, Madrid, París, Amsterdam, Zurich, Dublín o Bruselas. Además como decía en el primer párrafo Berlín tiene encanto, como otras ciudades más pequeñas de Europa no sé como Sevilla, Colonia, Nápoles o Basilea.

Ya tengo ganas de volver a ir, pero esta vez a ver si puedo ir más acompañado y en plan vacacional total, a hacer turismo y punto.