Lo de Pebble es un poema, qué digo un poema, una oda a cómo maltratar una comunidad de usuarios que siempre les ha sido fiel. Uno de los activos que tenía sin duda la compañía era el sentido de comunidad. Desde sus inicios, con el primer kickstarter que supieron arengar a un grupo de usuarios que demandaban un smartwatch pero que no querían renunciar a ciertas prestaciones de los relojes convencionales. Lo hicieron tan bien que la comunidad creció, junto con las ventas de ese primer modelo y se crearon muchas aplicaciones y watchfaces (interfaz del reloj), en su inmensa mayoría gratuitas que nutrían su pequeña (y mal hecha) app store.

Yo fui comprador del primer modelo de Pebble (tarde, un año antes prácticamente que sacasen su modelo Pebble Time) y fui inversor de Pebble Time, que me pareció una evolución brutal. El modelo inicial tuvo una gran evolución y lo que es mejor, cuando sacaron el segundo modelo, no lo dejaron en el ostracismo, ni se olvidaron de él si no lo contrario, hicieron una renovación espectacular del sistema operativo y le dieron gran parte de las funcionalidades del nuevo modelo (en cuanto a software claro), lo que demostró un interés grande por parte de la compañía en el sentido de crear comunidad, de dar algo a los miles de usuarios que les habían dado dinerillos y les permiteron ser viables como compañía.

Fueron tiempos felices, el Pebble Time por cierto salió (un poco antes pero) casi a la par con el primer Apple Watch aunque no me cansaré de repetirlo: son productos distintos y con productos distintos me refiero que no es lo mismo un tractor que un Ferrari, por mucho que nos empeñemos en que los dos son medios de transporte y sirvan para desplazarse, el Pebble / Pebble Time y el Apple Watch van en tu muñeca, se conectan por bluetooth a tu teléfono, reciben notificaciones y dan la hora pero no tienen nada más que ver. Este modelo, el Pebble Time, me enamoró porque además de mantener la filosofía de la pantalla con tinta electrónica, fueron capaces de agregarle 64 colores (no comments de compararlo con la pantalla del Apple Watch), lo que abría una serie de posibilidades bastante grande y significaba un salto importante hacia adelante. Invertí en la segunda campaña de kickstarter casi al inicio y me llegó (con algo de demora) mi Pebble Time personalizado para los primeros backers, los primeros que invertimos en el reloj el primer día que salió la campaña de crowdfunding en kickstarter recibimos en el reverso del reloj un mensaje de agradecimiento (véase la cultura del detalle y el cariño hacía la clientela). Creo que aquí tocaron techo, en el sentido que la compañía iba muy bien, crecieron en número de usuarios, tenían un producto más bien sólido y recibieron ofertas de compra millonarias que según parece descartaron a diestro y siniestro. Era un punto de inflexión. Y luego lanzaron otro producto el Pebble Time Round. Un reloj, tipo el Pebble Time, más caro, redondo (cuando siempre habían tenido pantalla cuadrada) y con menos prestaciones. Fue recibido mal por la comunidad, pensad que vino poco después de finalizar la campaña de kickstarter del Pebble Time y muchos argumentaron que ese modelo de reloj lo tenían de antes y que podían haberlo lanzado con el Time y no quisieron, además que hubo algunos usuarios que dijeron bueno si hace seis meses hubiese sabido que ibais a lanzar uno en este formato me hubiese esperado. Pero lo más importante es que a parte del peso (el round era más ligero) no ofrecía nada que el Pebble Time no tuviese ya y repito con una duración de batería sustancialmente menor. Vamos algo que era un poco remar a contracorriente o hacerse competencia ellos mismos, pero bueno sea como fuere, el Pebble Time siguió como buque insignia de la marca, y yo creo que tanto de fuera como de dentro de la marca Pebble, se corrió un tupido velo respecto a este nuevo modelo.

Yo fui usuario y muy fanboy de la marca Pebble durante ese tiempo, las actualizaciones florecieron, las apps eran interesantes, agregaron capacidades al sistema operativo (dictado, una especie de rollo Apple health, sleeptracking y cantidad de cosas más), el Timeline era un acierto y seguíamos teniendo 5-6 días de batería, una pantalla que no estaba nada mal, un sistema operativo actualizado, con muchas y frecuentes evoluciones y una app store renovada, no tan austera y poco funcional como fue la primera que había cuando solo había pantallas monocromo (modelo inicial). Las cosas iban bien pero no mejoraban. De hecho me compré otra correa para el Pebble Time tipo malla, porque las gomas que venían eran un poco mierders. E incluso, al cabo del tiempo mi Pebble murió por un problema de sellado (entró humedad dentro del reloj y se veía en la pantalla) y al no tener expirada la garantía, tras contactar con ellos me fué devuelto una unidad nueva. Eso sí el proceso de atención al cliente, un poco curioso (no entro en detalles para no alargarme más de la cuenta) pero eficaz. El segundo modelo que recibí de Pebble Time no estaba personalizado, venía en otro packaging más industrial (aunque bonito por qué negarlo) y creo que funcionaba peor (a nivel de conexión bluetooth) que el primero o que el modelo original, tampoco lo tuve demasiado tiempo apenas el verano pasado y poco más.

Desde septiembre tengo Apple Watch, abandoné súbitamente el Pebble Time que yace junto al modelo original en un cajón, el cambio fue magnífico y los sacrificios que hice en pos del producto de Apple (como el hecho de tenerlo que cargar cada día o la imposibilidad de tener 32 millones de watchfaces donde elegir) fueron apenas apreciables. Ahí la cosa creo que se empezó a torcer porque sacaron la campaña para el modelo Pebble Time 2 y el Pebble 2 sin mucha evolución sobre el Pebble Time o Pebble originales (así como el Time supuso un salto impresionante sobre el modelo inicial) junto a una especie de cosa rara llamada Pebble Core y que nadie quería y que se suponía que era para que pudieses dejar tu móvil en casa mientras salías a hacer deporte porque el bicho este se comunicaba con el reloj y con el móvil a través de una conexión 3G, ah muy bien un wereable más sin mucho sentido, no sé cuantos vendieron pero yo recuerdo que pensé “vaya cagada de producto, esto no lo va a comprar ni el tato” y por lo que veo no me equivocaba.

Y ahora, tan solo un par de meses después se produjo el ocaso de la compañía. Pero de forma salvaje, descorazonadora y tirando por la borda todo lo que se habían ganado a pulso. Y es donde se ha visto que no han dejado de ser un puñado de frikis sin tener una idea clara de compañía, dando bandazos de hace tiempo y sin una estructura sólida detrás y así han acabado, tomando malas decisiones, malos productos, poca evolución y jodiendo a la comunidad que los sustentaba. Les ha comprado fitbit, y de la noche a la mañana, sin comerlo ni beberlo hemos empezado a notar que el cuento se había acabado, pero además cortando por lo sano: que si la campaña de kickstarter se ha ido a la porra, que si la garantía de los modelos vendidos se ha agotado, que si no está claro que sigan dando soporte a nada (la app store que tienen parece que le quedan dos telediarios), en fin un auténtico despropósito indigno de una empresa medianamente seria. Qué suerte tuve de hacer el switch (cuanto tiempo hace que no hablamos de switchers por cierto) al Apple Watch antes de ver como un episodio tan bochornoso se sucedía en una de las empresas que yo amaba. Vivir para ver amigos.