Ayer al despegar de XRY en el vuelo de vueling de vuelta a BCN, el comandante dijo que se esperaban turbulencias tras el despegue, llovía copiosamente en el aeropuerto de Jerez y era previsible una salida movidita hacia Barcelona. Finalmente no fueron nada del otro mundo pero la expectación inicial creada por el anuncio del comandante y el clima exterior, no auguraban nada bueno. Tampoco ayudaba que iba en el asiento del medio de tres, y no iba cómodo, ni encontraba la postura correcta para echar una cabezadita, amén que al ir en la última fila del avión, no podía reclinar el asiento.

Y entonces pensé “esto es una alegoría, un símil retorcido del destino” respecto a la situación laboral y respecto a otras muchas cosas que vienen por delante. Es cierto que siempre he tendido a “montarme películas” en base a los hechos más nimios, también lo es que con frecuencia atribuya a los poderes fácticos del destino ciertas casualidades y poco o nada tengan que ver con la realidad, ni sean indicador de nada. Recuerdo por ejemplo lo que yo atribuí a un hecho cargado se simbolismo el encontrarme un naipe por la calle (un joker) y que no tuviese ningún tipo de sentido. En esta ocasión ligué el hecho de encontrarnos frente a las turbulencias a ciertas cosas que vienen pasando en el trabajo. Proyectos que no salen, incertidumbre, poca reacción por mi parte, no sé de todo un poco que hace que no esté cómodo, que aunque sepa que el avión va a llegar a su destino, que no hay ningún peligro, que son circunstancias normales, etc. ahora esté en situación de alerta, en actitud de nerviosismo permanente y eso no es nada bueno.

Pero bueno esperemos que la salida de esta zona sea algo que llegue en breve y que volvamos a la estabilidad y la velocidad de crucero, esperemos que vuelva la calma y definamos todos el rumbo que nos lleve a destino lo más rápidamente posible. Nunca he hablado de política en el blog, o muy pocas veces, en esta ocasión haré una breve excepción, también achaco todo lo que ha venido pasando como situaciones excepcionales y que espero que pasen pronto, que las aguas vuelvan a su cauce y que sigamos todos con los objetivos marcados, de alguna forma, que las turbulencias provocadas por unos y otros, encuentren una vía común que lleve la nave a buen puerto y cesen las hostilidades, tanto de una parte como de la otra, o de lo contrario, nos iremos a pique, y eso no es bueno para nadie.

Abróchense los cinturones, y mantenganse en calma, pronto estas turbulencias habrán terminado.